Maria de Gonzalo Aranoa
C-Suite Executive/ Board Member/ Disruption in payments/ Loyalty/Digital/Cultural Transformation/ AI/ Business Strategy
La implementación de la Inteligencia Artificial (IA) en el entorno corporativo representa una revolución comparable con la introducción de la computadora personal o internet. Sin embargo, para las empresas tradicionales, acostumbradas a un modelo de negocio consolidado y a prácticas operativas establecidas, esta transformación puede ser particularmente desafiante, precisamente porque hoy somos mucho más conscientes de los desafíos que implica esta potencia de conexión. Este artículo profundiza en los miedos de estas organizaciones frente a la adopción de la IA, identificando sus raíces y proponiendo estrategias para superarlos, asegurando el éxito en esta evolución.
De Dónde Vienen las Empresas Tradicionales
Las empresas tradicionales, descritas en nuestro anterior artículo, han crecido en un ecosistema donde los pilares de recursos, procesos, valores y estructuras han sido definidos por décadas de operación dentro de mercados establecidos. Estas organizaciones han logrado el éxito gracias a su capacidad para optimizar y mejorar continuamente sus ofertas, satisfaciendo las demandas de un segmento de clientes muy definido. Sin embargo, el advenimiento de tecnologías disruptivas como la IA plantea desafíos sin precedentes, obligándolas a reconsiderar sus modelos de negocio y su enfoque hacia la innovación.
Principales Miedos Frente a la IA
El miedo que surge en un primer momento es el miedo natural ante lo desconocido: ¿Por dónde empezamos? Es algo complejo. Con mucha información discordante y contradictoria, mucha transmisión social de miedo y poca claridad sobre cómo implementar lo que resulta más eficiente para cada caso concreto. El hecho de probar ya se considera como un riesgo, por lo que esto hace aún más complicado el avance. Pero además, existe otra serie de miedos más “racionales”, si queremos llamarlos así:
Obsolescencia de Competencias y Desplazamiento Laboral: Uno de los miedos más palpables es el impacto de la IA en el empleo. Hay una preocupación significativa de que la automatización y la inteligencia artificial reemplacen puestos de trabajo, creando un entorno en el que las habilidades actuales de la fuerza laboral se vuelvan obsoletas.
Inversión y Riesgo Financiero: La implementación de la IA requiere de inversiones significativas en tecnología, formación y desarrollo. Para empresas arraigadas en modelos tradicionales, justificar esta inversión, especialmente bajo la incertidumbre de los retornos, puede ser una barrera considerable.
Pérdida de Control y Seguridad de Datos: Con la adopción de sistemas basados en IA, surge el temor a perder el control sobre procesos críticos y, más importante aún, sobre la seguridad y privacidad de los datos corporativos y de clientes.
Fracaso en la Integración con Sistemas Existentes: La complejidad técnica de integrar soluciones de IA con sistemas legados, que a menudo son el núcleo operativo de estas empresas, plantea el riesgo de interrupciones operativas y fallos sistémicos.
Formas de Resolverlos y Fórmulas de Éxito
Para superar estos miedos y triunfar en la incorporación de la IA, las empresas deben adoptar un enfoque multifacético:
Educación y Reentrenamiento de la Fuerza Laboral: La inversión en programas de formación que actualicen las habilidades de los empleados para trabajar codo a codo con la IA es fundamental. Esto no solo mitiga el miedo a lo desconocido, sino el manejo del riesgo de desplazamiento laboral y prepara a la organización para futuras innovaciones.
Evaluación de Riesgo y Planificación Financiera Estratégica: Es crucial llevar a cabo evaluaciones de riesgo detalladas y planificar meticulosamente la inversión en IA, balanceando el costo inicial con el potencial de eficiencia y creación de valor a largo plazo.
Garantizar la Seguridad de Datos y el Cumplimiento Normativo: Adoptar las mejores prácticas en ciberseguridad y asegurar la conformidad con regulaciones de protección de datos son pasos esenciales para mitigar los riesgos relacionados con la privacidad y seguridad de la información.
Adopción de Tecnologías Compatibles y Desarrollo Personalizado: Para facilitar la integración de la IA, las empresas deben buscar soluciones que sean compatibles con sus sistemas existentes o invertir en el desarrollo de soluciones personalizadas que se ajusten a sus necesidades específicas.
Cultivar una Cultura de Innovación Abierta: Fomentar un entorno que valore la experimentación, el aprendizaje continuo y la adaptabilidad. Esto incluye establecer unidades de negocio independientes dedicadas a la innovación
El viaje hacia la integración de la Inteligencia Artificial en las empresas tradicionales está plagado de incertidumbres y retos significativos. Sin embargo, el análisis de las raíces de estos desafíos y la exploración de estrategias para superarlos revelan que, en esencia, el principal obstáculo no es la tecnología en sí, sino el miedo a lo desconocido. Este temor, profundamente humano, puede paralizar la toma de decisiones, inhibir la innovación y, en última instancia, dejar a las empresas vulnerables ante la disrupción.
La solución a este dilema radica en abrazar el conocimiento experto, aprender de los errores de otros y comprometerse con una implementación paulatina y meditada de la IA. Las lecciones de aquellos que han navegado por estas aguas turbulentas antes nos ofrecen mapas valiosos para nuestra propia travesía. Comprender tanto sus éxitos como sus fracasos ilumina el camino hacia la innovación sostenible y disruptiva.
Por último, mi recomendación es adoptar un enfoque de "pensar en grande, actuar en pequeño". Esto significa establecer una visión ambiciosa para la integración de la IA que alinee con los objetivos a largo plazo de la organización, pero avanzando hacia ella a través de pasos pequeños, medibles y estratégicamente ordenados. Tal enfoque permite a las empresas experimentar y aprender en un entorno controlado, reduciendo el riesgo mientras se acumula el conocimiento crítico y la confianza necesaria para expandir estas iniciativas. Y, sobre todo, evita pasos en falso que resulten demasiado costosos. Recordemos que cada empresa es un mundo y las "recetas para todos" no son adecuadas en absoluto.
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